



Es interesante comprobar que el ser humano esta ligado con su pasado, el hombre dicen los historiadores es un animal que se reconoce en el espacio y en el tiempo. Al parecer mi padre sabía intuitivamente este principio historiográfico ya que desde muy joven conservo cuidadosa y cariñosamente muchos "recuerdos" que algún estudioso del pasado llamaría fríamente documentos. Al ver este viejo prospecto de admisión del año 1943 puedo decir que mi padre amaba a su institución, a sus aviones ... Pero también puedo ir un poco más allá ... Me parece verlo salir corriendo de la casa al oír algún motor de un aeroplano que surcaba el cielo ... Hoy comprendo esa conducta de niño curioso que tenía mi padre y me imagino al pequeño John en 1929 observando esas fantásticas aeronaves que amarizaban frente a la Isla de Tenglo y que hacían soñar al niño con ser un gran aviador como aquellos suboficiales pilotos que hoy nadie recuerda ya ...

A mí padre
JOHN RAMÍREZ R.
1926 - 2005
En este espacio trataremos de escribir un pequeño relato sobre un hombre y su generación cuya pasión fueron "las máquimas voladoras" . Su nombre era John Ramírez Raicahuin. Nuestro padre ingreso a la Escuela de Especialidades de la Fuerza Aérea de Chile en febrero de 1945 y paso a retiro en abril de 1980. Al igual que muchos de sus compañeros de armas pertenecia a un familia de origenes proletarios y campesinos. El era hijo de un ebanista de nombre Guillermo Ramírez Prado y una mujer de orígenes indígenas nacida en la Isla Grande de Chiloé llamada María Isabel Raicahuin ... Nuestra historia comienza cuando un niño de salud frágil, de 5 ó 7 años, ve por primera vez en los cielos de su Puerto Montt natal unos grandes y extraños aviones ... Comenzaba la década de 1930 .
Cristian Ramírez Muñoz